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Perspectivas para China en 2023: ¿será la relajación de la política de covid cero la chispa que necesitamos?

En un momento en el que en China crece el malestar por las restricciones derivadas del COVID-19, nuestros expertos en el gigante asiático analizan lo que cabría esperar para la economía y los mercados de renta variable y deuda del país en 2023.

20/01/2023
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Authors

David Rees
Economista Senior Mercados Emergentes
Louisa Lo
Responsable de renta variable de China y su área de influencia
Julia Ho
Responsable de análisis macroeconómico y renta fija de Asia

Está previsto que el PIB del gigante asiático crezca un 5% en 2023 frente al crecimiento del 3% que registró en 2022, impulsado por el gasto en infraestructuras, la recuperación del mercado de la vivienda y la relajación de las restricciones por el COVID-19.

Los mercados de renta variable del gigante asiático parecen atractivos a corto plazo, pero a medio plazo, podrían enfrentarse a dificultades derivadas de la incertidumbre jurídica.

La reversión de la tendencia de fortaleza del dólar debería ser positiva para la deuda china en 2023.

La economía china

David Rees, Economista sénior especializado en mercados emergentes:

Seguimos esperando que la economía de China vuelva a la senda de la recuperación en 2023.

Hay que admitir que las perspectivas para las exportaciones, que han sido un motor clave del crecimiento estos dos últimos años, son complicadas. De hecho, pensamos que las exportaciones se contraerán en 2023. El motivo es que prevemos que muchos mercados desarrollados entrarán en recesión en un contexto en el que la elevada inflación y unos tipos de interés altos reducirán la demanda.

La previsión de la caída de las exportaciones desplaza la responsabilidad de impulsar la recuperación hacia la demanda interna, que, claramente, aún presenta signos de vulnerabilidad. La combinación de la política de covid cero del Gobierno y el colapso de la actividad del sector inmobiliario ha lastrado la producción interna y ha mermado considerablemente la confianza de los consumidores.

No obstante, hay motivos para pensar que veremos una cierta mejora. El gasto en infraestructuras se ha disparado en 2022, y debería seguir respaldando el crecimiento durante más tiempo en un momento en el que el contexto normativo es positivo. Entretanto, los indicadores relacionados con la vivienda han empezado a tocar suelo y podrían empezar a recuperarse en 2023 desde niveles muy bajos. Y el sector servicios se beneficiaría claramente de la relajación de las restricciones derivadas del COVID-19 que pueda producirse a lo largo del año. Esto ayudará a propiciar la recuperación cíclica a la que los principales indicadores llevan tiempo apuntando, que cobrará impulso en serio en 2023.

Gráfico 1: Recuperación del PIB de China prevista para 2023

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La conclusión es que nuestro caso base sigue siendo una recuperación del PIB, desde el 3% previsto para 2022 hasta el 5% en 2023. La cifra sería algo mejor de la que prevé el consenso, debido a las bajísimas expectativas. El problema de los mercados es que, tras el Congreso del Partido Comunista celebrado en octubre, el sentimiento lo ha decidido más la política que la economía. E incluso aunque prevemos que la economía empezará a recuperarse a corto plazo, las perspectivas a largo son complicadas.

Los mercados chinos de renta variable

Louisa Lo, responsable adjunta de renta variable de Asia sin Japón

Es probable que el contexto macroeconómico mundial siga influyendo sobre los mercados chinos de renta variable; en particular, la medida en que los tipos suban en el futuro y si los EE. UU. y la UE sufren aterrizajes forzosos o suaves en lo que respecta a la desaceleración de sus economías. Si llegamos al pico del ciclo de subidas de tipos en EE. UU., el dólar podría dejar de apreciarse, y eso respaldaría la liquidez de los mercados emergentes.

El crecimiento y los mercados de renta variable seguirán siendo volátiles

A nivel nacional, puede que lo más duro de la política de covid cero del gigante asiático haya pasado, ya que los últimos acontecimientos apuntan a un abandono progresivo de esta estrategia. Aunque no es probable una reapertura total, esperamos ver una aplicación más pragmática de la política de contención del COVID-19 el año próximo. Dicho esto, sigue existiendo el riesgo de que la retirada de las medidas provoque una nueva ola de la enfermedad, por lo que el crecimiento económico podría seguir siendo volátil hasta cierto punto.

Recientemente, el Gobierno ha empezado a mostrar más apoyo hacia el sector inmobiliario, como la puesta en marcha de una serie de medidas para estimular la financiación de las promotoras en noviembre de 2022. Estas medidas deberían ayudar a detener la espiral de sentimientos negativos que se vive actualmente y puede ser señal de que lo peor del ciclo de ajuste en el sector inmobiliario ha quedado atrás. No obstante, es probable que el sector aún tarde un tiempo en recuperarse del todo, debido a la mayor debilidad del entorno económico y, lo que es más importante, puede que también para que los inversores tengan la seguridad de que el riesgo sistémico esté desapareciendo. Seguimos eligiendo con cuidado las inversiones en este universo.

La tensión geopolítica en general, y la existente entre EE. UU. y China en particular, probablemente vayan a seguir alimentando la volatilidad del mercado de renta variable del gigante asiático. El anuncio de nuevas leyes, como la Ley CHIPS y de Ciencia de Estados Unidos tendrán como consecuencia importantes inversiones en el I+D de semiconductores en EE. UU., lo que pone de relieve el impacto que la geopolítica puede tener sobre los distintos sectores económicos de China. 

Pensamos que la seguridad de la cadena de suministro y la autosuficiencia seguirán siendo dos de las principales prioridades del Gobierno de cara al futuro. Así pues, esperamos una aceleración de la inversión en áreas de importancia estratégica como tecnología, defensa o independencia de la cadena de suministro. También prevemos que la tendencia de desglobalización se mantendrá.

Puesto que la renta variable china cotiza a más de una desviación estándar por debajo de los niveles de valoración a largo plazo, el perfil de riesgo/recompensa del mercado parece bastante atractivo a corto plazo.

El siguiente gráfico muestra las valoraciones en términos del ratio precio/beneficio adelantada para los mercados chinos de renta variable, tanto el continental como el extraterritorial. El ratio precio/beneficio adelantada es el precio de una empresa dividido entre el beneficio por acción para los 12 meses siguientes.

Gráfico 2: Las valoraciones del mercado chino

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De hecho, los mercados podrían rebotar con fuerza si seguimos viendo señales de reapertura económica, un abandono gradual de la estrategia de covid cero o más esfuerzos por respaldar al mercado inmobiliario. 

Dicho esto, la mayor incertidumbre de los inversores en cuanto a la ejecución de las políticas oficiales y la postura del Gobierno con respecto a las empresas privadas y la rentabilidad para sus accionistas suponen un obstáculo mayor para el mercado chino de renta variable a medio plazo.

Favorecemos sectores que se ven favorecidos por las prioridades de la agenda política

Contamos con un posicionamiento bastante equilibrado que favorece a los sectores que van de la mano de las prioridades de la agenda legislativa.

Las firmas de TI e industriales deberían verse beneficiadas por la localización de la cadena de suministro y la mejora de la automatización industrial. Entretanto, las compañías de energías renovables (solar y eólica) pueden aprovechar una mayor inversión en cuestiones medioambientales y la concentración en tratar de hacer de China un país más verde. También tenemos un sesgo hacia los fabricantes de maquinaria de construcción para anticiparnos al repunte del gasto en infraestructuras y valores y empresas de consumo que podrían beneficiarse de una reapertura de la economía. El sector de la asistencia sanitaria también va ganando atractivo tras haber vivido importantes correcciones el año pasado.

En el sector de internet/comercio electrónico, hemos dejado atrás parte de nuestra perspectiva negativa debido a las valoraciones bajas y la mejora de los beneficios. El crecimiento de los ingresos debería empezar a recuperarse en 2023 de la mano de la mejora del crecimiento económico, aunque, en comparación con épocas anteriores en las que el sector cotizaba a una prima de valoración importante en relación con el resto del mercado, lo lógico sería que ahora estas empresas cotizasen de forma parecida a como lo hacen los valores de empresas de bienes de consumo cíclicos. Esto quiere decir que sus valoraciones deberían ir más o menos en función del potencial de crecimiento de sus beneficios.

Seguimos ofreciendo un enfoque de inversión ascendente, con una asignación repartida entre los mercados continental y extraterritorial que reflejan las oportunidades que vemos a nivel de empresas. Aunque las valoraciones del mercado extraterritorial parecen ahora mismo más atractivas, el continental estará más respaldado a medio y largo plazo, debido al mayor número de valores que ofrecen la oportunidad de generar alfas. 

La deuda china

Julia Ho, Responsable de análisis macroeconómico y renta fija de Asia

La mayor rentabilidad de la renta fija de China continental hasta el momento de 2022 en el que escribimos estas líneas, así como en marzo de 2020 en plena pandemia y en 2021, demuestra las ventajas de resiliencia y diversificación de esta clase de activo. En efecto, los inversores internacionales cada vez la ven más como una especie de “valor refugio”.

Gráfico 3: Mayor rentabilidad de la renta fija de China

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Fuente: Schroders. Bloomberg

Para 2023, las perspectivas para la renta fija de China continental parecen positivas, sobre todo si se revierte la fortaleza del dólar.

El escenario a más largo plazo también nos convence. El entorno de política monetaria es propicio. Los mercados de capitales de China son cada vez más accesibles. Entretanto, la renta fija del gigante asiático cada vez forma parte de un mayor número de los principales índices de renta fija en todo el mundo, por lo que China entrará en el universo de inversión de más inversores internacionales. La internacionalización del renminbi (que es una moneda cada vez más global en el comercio, la inversión y las reservas de divisas) también ayuda. Las ventajas de baja volatilidad y diversificación que ofrece la clase de activo también siguen siendo atractivos.

Hace poco, hemos mejorado las perspectivas de crecimiento para China tras ver cómo recientemente se ponía en marcha una serie de medidas para respaldar al sector inmobiliario. Las autoridades también parecen estar preparándose para la reapertura gradual de la economía en 2023 si analizamos las últimas medidas, tendentes a la relajación de la política de covid cero del país.

Es probable que la relajación de las medidas de contención del virus se centre sobre todo en reanimar la demanda interna, pero la consiguiente mejora de la movilidad dentro de China debería ayudar a que la confianza de consumidores y empresas se recupere desde sus actuales bajos niveles. Dicho esto, advertimos que la reapertura de fronteras probablemente se haga de manera lenta y calibrada, y que es posible que las cosas vayan a peor antes de mejorar si tenemos en cuenta el posible aumento de contagios y el comienzo del invierno.

Desde un punto de vista positivo, la normalización gradual del turismo saliente debería ayudar a frenar el deterioro de la balanza de pagos del país y estabilizar el renminbi ponderado por el comercio.

En lo referente a tipos de interés, creemos que los rendimientos de los bonos gubernamentales chinos probablemente queden dentro de rango (es decir, que coticen en un rango de precios no muy amplio) y se mantengan estables de cara al 2023. Esto se debe a que una reducción de la presión inflacionista unida a una recuperación económica de velocidad modesta supone que el Banco del Pueblo de China debería tender a mantener una política monetaria acomodativa y bastante liquidez. Además, puesto que la curva de rendimiento sigue dibujando una pendiente positiva (es decir, los bonos a corto plazo ofrecen un rendimiento más bajo que aquellos a largo plazo), nos parece que la exposición a los bonos chinos pueden ser una buena opción para conseguir carry (o rentas).A más largo plazo, pensamos que la prosperidad compartida, la reforma de la regulación, el continuo desapalancamiento y el envejecimiento de la población del país son temáticas todas ellas favorables a las inversiones en renta fija.

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David Rees
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