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Cómo construir una cartera de crédito sostenible

Desde lograr la “alineación con París” hasta desarrollar las exclusiones adecuadas, estos son los cinco principios que sustentan una cartera de crédito sostenible.

01/09/2023
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Authors

Saida Eggerstedt
Responsable de Crédito Sostenible

Una rentabilidad atractiva ajustada al riesgo es tan prioritaria para quienes gestionamos una cartera sostenible como para cualquier gestor de nuestro grupo de homólogos. Pero nosotros adoptamos un enfoque diferente. Estos son los cinco principios que recomendamos para hacer más sostenibles las carteras de crédito.

1.¿Qué significa ser el mejor de la clase? (El contexto es clave)

En la inversión sostenible, es crucial ser capaz de navegar los matices, y los inversores deben pensar en “lo mejor de su clase” (best in class en inglés) en términos relativos. Por ejemplo, el sector hotelero hace un uso relativamente intensivo del agua y la electricidad, pero dentro de ese sector algunas empresas están tomando medidas plausibles para abordar los retos. Otro ejemplo: las empresas con cadenas de suministro en mercados emergentes han sufrido más conflictos que las que no las tienen. Esto no significa evitar esas empresas: significa que los inversores deben comprender el contexto real en el que se mueven. Por ejemplo, invertimos en una empresa de ropa que tiene gran parte de su cadena de suministro en Asia y (creemos) que está siendo creíblemente proactiva en áreas como el uso de algodón responsable, el compromiso de las partes interesadas y la diversidad.

Sean grandes o pequeñas, e independientemente del país del que procedan, las empresas pueden ser líderes en el contexto sectorial, nacional, regional o del espectro de calificación. La labor del analista, al separar a los líderes de los rezagados, consiste en comprender los retos de cada contexto.

2. Añadir alfa identificando los activos que mejoran

Queremos poseer las mejores empresas de su categoría, pero también nos centramos en encontrar las que tienen potencial de mejora. Puede que aún no hayan llegado al nivel óptimo, pero podemos trabajar con ellas para conseguir más divulgación y transparencia, hasta el punto de que tengamos la confianza suficiente para invertir. Si se invierte pronto en una empresa que avanza en la dirección correcta, esto puede proporcionar diversificación y oportunidades de alfa a largo plazo.

Las mejoras en la gobernanza, en particular, son un buen indicador del valor financiero, así como de la sostenibilidad. Las empresas que son inteligentes a la hora de priorizar unos recursos naturales limitados y colaborar con sus interlocutores suelen tener menores costes de financiación y menos fluctuaciones en sus planes de negocio.

3. Compromiso: combinar análisis y relaciones

El compromiso activo requiere que conozcamos a fondo el modelo de negocio de una empresa y comprendamos el contexto en el que opera. Las consideraciones financieras y sostenibles tienden a entrelazarse. Por ejemplo, entre nuestras posiciones contamos con el propietario de una cadena de hoteles económicos que se está expandiendo en Europa. En un reciente encuentro comentamos la importancia de que el emisor mantenga su calificación de grado de inversión conservando bajo su apalancamiento. También hablamos de sus planes de utilizar energías renovables en los nuevos hoteles, lo que tiene la ventaja comercial añadida de permitir a la empresa controlar mejor sus facturas energéticas.

4. Claves para construir una cartera alineada con París

Para alcanzar una temperatura global de la cartera inferior a 2 °C, es importante evaluar el estado actual, así como confirmar la dirección que se debe seguir. En primer lugar, examinamos las emisiones actuales de una empresa. A continuación, evaluamos el rigor de sus objetivos de reducción de emisiones, qué recursos se destinan a cumplirlos y si la empresa está en proceso de alcanzarlos. Parte de la información procede de bases de datos externas como MSCI o Bloomberg, que dan una idea de la subida de temperatura implícita de la empresa, pero gran parte procede del análisis bottom-up y de conversaciones directas con la dirección. Los inversores deben tener en cuenta no solo las emisiones de alcance 1 y 2, sino también las de alcance 3, para captar las emisiones de gases de efecto invernadero en las fases anteriores y posteriores de la cadena de suministro.

5. Diseñar exclusiones inteligentes

Una buena lista de exclusiones requiere más reflexión de lo que mucha gente cree. Hay varias formas de excluir a los emisores y sectores perjudiciales para el medio ambiente y la sociedad, y los inversores tienen que decidir cuándo utilizar exclusiones absolutas y cuándo establecer límites a los ingresos obtenidos de actividades perjudiciales. A nivel nacional, los datos de entidades como Freedom House y Transparency International ayudan a detectar países con bajos niveles de derechos humanos y altos niveles de corrupción.

Con las exclusiones, inevitablemente habrá momentos en los que la cartera obtendrá peores resultados porque no se poseen determinadas empresas. Pero a largo plazo creemos que las exclusiones hacen más bien que mal. Desde el punto de vista de la gestión del riesgo, por ejemplo, las carteras orientadas a la sostenibilidad pueden ser menos volátiles.

Una versión de este artículo apareció primero en Citywire Magazine

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Saida Eggerstedt
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Esta información se indica solo con fines ilustrativos y no constituye una recomendación de inversión en los valores, sectores o países mencionados anteriormente.